Problemas de audición - Cuáles son las causas, Cómo comprobar la audición, Cómo tratar la pérdida de audición y el tinnitus

Los problemas auditivos, o el deterioro gradual de la audición, son una aflicción a la que se enfrentan muchas personas mayores. Pero no sólo las personas mayores sufren pérdida de audición: aunque aún no la padezca, conviene cuidar su audición a tiempo. No siempre es así, y el tratamiento de la pérdida de audición puede resultar infructuoso si se inicia demasiado tarde y los síntomas están muy avanzados. ¿Qué debe hacer para evitar problemas de audición?

¿Cómo protegerse eficazmente contra la pérdida de audición?

La regla más importante es evitar el ruido. El ruido es responsable de la mayoría de los problemas auditivos, independientemente de la edad. Y, lo que es más importante, no tiene por qué tratarse de una exposición constante al ruido, porque basta un sonido fuerte y repentino para que se produzca una pérdida de audición permanente. El ruido impulsivo es el más peligroso, porque aunque el sonido sea breve, tiene un efecto muy negativo en el sistema auditivo humano debido a su intensidad. Este tipo de ruido incluye, por ejemplo, el vuelo rasante de un avión a reacción, una fuerte explosión, una bengala, un disparo, fuegos artificiales y sirenas de alarma.

Para mantener una audición adecuada, es una buena idea utilizar suplementos de eficacia probada como Ottomax+ cápsulasTambién es aconsejable limitar la asistencia a conciertos, discotecas, clubes y pubs, donde la música está bastante más alta de lo recomendable para la salud. Si el ruido está presente en el trabajo, es imprescindible llevar protectores auditivos para reducir el impacto del ruido, y en casa, por ejemplo al utilizar un taladro, también es aconsejable llevar protectores auditivos. Los auriculares también suponen un riesgo considerable para la audición, aunque la música no esté muy alta.

Las personas que no viven en ciudades abarrotadas y ruidosas también disfrutan de una mejor audición: escuchar constantemente el paso de coches, tranvías, autobuses y el ajetreo de la ciudad a un volumen elevado no es bueno para la audición ni para el bienestar.

¿Es posible revertir la pérdida de audición?

A veces, los problemas de audición y las deficiencias auditivas tienen causas triviales y pueden revertirse: una pérdida de audición puede deberse al cerumen o a un cuerpo extraño en el oído, por ejemplo, y si la pérdida de audición se debe a una lesión, la audición puede recuperarse casi al 100 por cien tras una intervención quirúrgica una vez que ha desaparecido la causa del trastorno. También existen cirugías que se ocupan específicamente del órgano de la audición: se trata principalmente de daños en el tímpano, los huesecillos, la cóclea y, a veces, cirugía para ensanchar el conducto auditivo. Además, cuando la pérdida de audición es consecuencia de una infección, el tratamiento de la infección puede revertir la pérdida de audición.

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Por desgracia, los problemas auditivos y muchos casos de pérdida de audición son cambios irreversibles. No es posible eliminar la causa, pero sí aplicar un tratamiento para que el paciente pueda seguir oyendo lo que ocurre a su alrededor a pesar de su discapacidad auditiva. Este método suele consistir en audífonos o, alternativamente, implantes colocados bajo la piel. En términos sencillos, el audífono amplifica el sonido que entra en el oído, de modo que el paciente puede oír incluso un susurro o música en voz baja. Los audífonos se seleccionan individualmente en función de la gravedad de la pérdida auditiva, y en la actualidad hay muchos modelos entre los que elegir. Los audífonos modernos son mucho más cómodos que los antiguos, apenas se notan cuando están colocados y disponen de funciones adicionales como Bluetooth para la conexión inalámbrica a un teléfono inteligente o un televisor.

¿Cuáles son los distintos tipos de pérdida de audición?

El órgano de la audición está formado por el oído externo, medio e interno. Según cuál de estas partes esté dañada, se habla de pérdida de audición conductiva, neurosensorial o mixta. La pérdida de audición conductiva es el deterioro de la audición causado por trastornos en el oído externo o medio. Normalmente, los problemas auditivos son consecuencia de enfermedades del oído (otosclerosis, daños en los huesecillos), infecciones del oído medio, traumatismos en el tímpano y afecciones sistémicas. La pérdida de audición conductiva suele ser unilateral, en un solo oído. También puede estar causada por cerumen o un cuerpo extraño en el oído. La pérdida de audición conductiva a veces provoca los siguientes síntomas tinnitus. Para combatir el tinnitus conviene utilizar Suplemento Atinnuris.

Otras causas son las enfermedades metabólicas: las personas con diabetes, aterosclerosis o insuficiencia renal suelen padecer pérdida de audición neurosensorial. La pérdida de audición también puede producirse con infecciones de oído y después de tomar ciertos medicamentos. Para ayudar a estabilizar los niveles normales de azúcar en sangre, se recomienda lo siguiente Diaxil cápsulas.

En la hipoacusia mixta se producen simultáneamente las pérdidas auditivas típicas de la hipoacusia conductiva y neurosensorial. Es el tipo de pérdida auditiva que se diagnostica con más frecuencia y se da sobre todo en personas mayores, pero puede tratarse y mejorar eficazmente el confort auditivo.

¿Cuáles son los grados de pérdida de audición?

La audición puede mejorar o empeorar, y la pérdida auditiva no es exactamente igual para todos. El tratamiento también se basa en el grado de pérdida auditiva, que se determina mediante pruebas audiométricas. La forma más leve de pérdida auditiva se denomina pérdida auditiva leve, en la que el nivel umbral es de 20-40 dB; un oído sano puede oír hasta 0 decibelios. La pérdida auditiva moderada, también conocida como pérdida auditiva media, se sitúa entre 41 y 70 decibelios. La pérdida auditiva severa, o pérdida auditiva significativa, tiene un nivel umbral de 71-90 dB. La pérdida auditiva profunda, en la que la persona apenas puede oír nada, se dice que se produce cuando el nivel umbral supera los 90 dB.

¿Cuáles son los tratamientos para la pérdida de audición?

Además de los procedimientos quirúrgicos mencionados, para algunas personas la terapia farmacológica ofrece buenos resultados para los problemas de audición. Los medicamentos eliminan la inflamación del sistema auditivo, despejan las trompetas auditivas, mejoran la circulación y favorecen la regeneración del organismo - a medida que envejecemos, las células auditivas desaparecen y también son responsables de cómo oímos y de que el cerebro procese correctamente los sonidos que recibimos.

Para problemas auditivos como la pérdida de audición leve o el tinnitus, unos buenos suplementos, por ejemplo con extracto de ginkgo biloba, pueden ayudar. Una dieta sana consiste más en prevenir que en curar, pero si padece una pérdida de audición, sin duda merece la pena aumentar la variedad de su dieta para que su cuerpo -y por tanto su órgano auditivo- reciba más vitaminas esenciales.

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¿Cuáles son los primeros signos de pérdida de audición?

Los problemas auditivos, como la pérdida de audición, no son algo que ocurra de la noche a la mañana, sino que tardan años en desarrollarse. Es posible que ni siquiera recuerde el inicio de su pérdida de audición, porque no resulta tan incómodo cuando sólo se está ligeramente sordo y es más probable que los cambios los noten sus allegados que usted mismo. Los principales síntomas de una pérdida auditiva son que los sonidos del entorno son menos audibles: el habla humana parece poco clara y demasiado baja, hay que subir el volumen de la televisión, se ignoran por completo los sonidos bajos o sólo se percibe una determinada gama de frecuencias sonoras.

¿Cuándo es conveniente someterse a una prueba de audición?

¿Se deteriora siempre la audición en la vejez?

Pérdida auditiva es uno de los signos del envejecimiento. Se debe a la pérdida de células auditivas y a la degeneración del nervio auditivo, y generalmente se ve agravada por otros factores, como la hipertensión, la diabetes, muchos años de trabajo en ambientes ruidosos e infecciones de oído no tratadas en la juventud. El debilitamiento de la audición es como el deterioro de la vista: la mayoría de las personas mayores lo experimentan. Sin embargo, no es algo que ocurra necesariamente en la vejez; además, con una prevención adecuada, la pérdida de audición senil sólo puede desarrollarse en un grado leve.

Sin embargo, es importante reaccionar a los cambios lo antes posible, ante los primeros signos de pérdida auditiva. Si la pérdida de audición es menos grave, aún existe la posibilidad de revertir la afección o un método mínimamente invasivo puede ser suficiente para recuperar el pleno confort. Sin embargo, muchas personas mayores son reacias a acudir al médico o piensan que es el curso natural de las cosas y que no se puede hacer nada.

¿Por qué hay que fomentar el tratamiento de la pérdida de audición?

Tener una pérdida auditiva es una afección muy molesta, en algunas situaciones incluso peor que tener problemas de vista. Ante todo, las personas con deficiencias auditivas tienen grandes dificultades para comunicarse con quienes les rodean: no entienden lo que se les dice, se les escapan palabras o sílabas, el habla de la otra persona parece demasiado baja. A muchas personas les da vergüenza pedir que les repitan lo que dicen o hablar más alto, lo que conduce al aislamiento social: el paciente no quiere exponerse a situaciones embarazosas y evita a otras personas. También dificulta las llamadas telefónicas y, con pérdidas auditivas más graves, ni siquiera un televisor a todo volumen permite oírlo todo.

Por tanto, la pérdida de audición tiene graves consecuencias sociales, pero también supone una amenaza para la vida cotidiana, ya que la persona mayor no puede oír, por ejemplo, un coche que se aproxima o la advertencia verbal de alguien. La pérdida de audición también puede causar desorientación en el campo y acelerar la demencia senil. También se ha observado que la pérdida de audición aumenta enormemente el riesgo de depresión y otros trastornos mentales.

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¿Qué es el tinnitus?

A la pérdida de audición puede añadirse el tinnitus. Se trata de sonidos que no proceden del exterior, sino que el paciente sólo oye en su propia cabeza. Se trata de sonidos muy desagradables, como zumbidos, pitidos, silbidos o golpes, y no pueden simplemente "apagarse". El acúfeno en sí no es una enfermedad, por lo que es difícil de diagnosticar y tratar eficazmente, no obstante se recomienda aplicar un tratamiento adecuado, además, el acúfeno contribuye a la depresión, el insomnio, la irritabilidad y dificulta enormemente la existencia normal.

El tinnitus se trata de varias maneras. Los suplementos que actúan sobre las causas de los acúfenos son muy eficaces, y para muchas personas también son ideales las técnicas de relajación especialmente seleccionadas que les permiten calmarse y conciliar el sueño a pesar de los persistentes sonidos en la cabeza.

¿Cómo se hace una prueba de audición?

El nivel de pérdida auditiva se evalúa mediante una audiometría tonal. Durante la prueba, el paciente se sienta en una cabina perfectamente atenuada para que no le llegue ningún sonido exterior. Sólo puede oír lo que hay en los auriculares que lleva puestos. La prueba requiere la cooperación del paciente, ya que tiene que responder a las preguntas del médico y emitir juicios sobre los sonidos que oye, por lo que será un problema realizar la prueba de la pérdida de audición en una persona discapacitada o casi completamente sorda. La audiometría proporciona resultados muy precisos y una evaluación objetiva de la pérdida auditiva de una persona.

¿Qué es la sordera súbita?

La pérdida de audición es una dolencia que se desarrolla lentamente, pero también puede perderse de repente. ¿Cómo? La forma más común es durante una lesión en el oído o la cabeza: la eliminación de la lesión puede devolver la audición, pero si se ha producido un daño extenso y grave, será permanente. También existe la sordera súbita causada por un estímulo sonoro, además de que la pérdida rápida de audición puede producirse por infecciones bacterianas y víricas (por ejemplo, meningitis), cambios bruscos de presión, toma de fármacos ototóxicos.